miércoles, 4 de marzo de 2009

Columnas Politicas

TEMPLO MAYOR

OBVIAMENTE hay quienes dicen que Felipe Calderón "purificó" su gabinete con la salida de Luis Téllez debido a que a éste le picoteó el teléfono un pájaro carpinteyro.

SIN EMBARGO, dentro del primer círculo presidencial se comenta que el ahora ex funcionario en realidad venía arrastrando varios pendientes que, al final, propiciaron su salida de la SCT.

POR SUPUESTO, reconocen que pesó mucho el escándalo desatado por las grabaciones en las que se escuchaba a un Téllez muy comunicativo.

PEEERO QUE la gota que derramó el vaso de la paciencia presidencial fue que el hoy destituido Téllez falló en uno de los proyectos más acariciados por Calderón: la privatización carretera.

LA SEMANA PASADA se tuvo que declarar desierta oootra licitación debido a que las bases de la misma ¡estaban mal hechas!

EL MEOLLO del asunto radica en que el gobierno pretende agenciarse con esa privatización la friolera de 139 mil millones de pesos, pasándole a la iniciativa privada la responsabilidad gubernamental de construir infraestructura.

COMO ese asunto -por ahora- quedó en veremos... a Luis Téllez se le acabó el veinte como secretario.


¿QUÉ DIJERON los panistas cuando se enteraron que Juan Molinar Horcasitas era el nuevo integrante del gabinete? Dijeron: ¡Saluuud!

YA DESPUÉS alguien los corrigió y les dijo que Molinar no va a la Secretaría de Salud, sino a la de Comunicaciones y Transportes, pero de cualquier forma brindaron en su honor.

EN ESPECIAL Germán Martínez fue el más exultante con el nombramiento pues dijo que llegaba a la SCT un "panista leal".

MÁS ALLÁ de que cada quien pueda interpretar a su gusto eso de "leal", lo que sí queda clarísimo es que una vez más Felipe Calderón recurre al grupo compacto para gobernar.

PORQUE más allá de tener línea directa con el Presidente, no se le conoce a Molinar ningún otro antecedente en su breve carrera política como para justificar su nombramiento al frente de Comunicaciones y Transportes.

DICEN LOS QUE SABEN que más que buscar "expertise", Calderón optó por la lealtad.


Y CUANDO todo parecía que el PRI y Nueva Alianza iban a concretar en Nuevo León una coalición de cara a las elecciones de julio del 2009... ¡pa" tras los filders!

DICEN QUE los priistas -ayer mismo- ya tenían redactado el borrador del acuerdo para cerrar las negociaciones... pero que, de repente, los maestros subieron sus pretensiones hasta un punto en que al PRI de plano ya no le convino la alianza.

SEGÚN ESTO los zánganos del Panal exigían una enorme cuota de regidurías, diputaciones locales y posiciones en el próximo gabinete estatal, en caso de que ganara el priista Rodrigo Medina.

HAY QUIENES DICEN que ese súbito brote de ambición política no fue cosa sólo de los elbistas, sino que al parecer alguien les habló desde Los Pinos para sugerirles que vendieran muy caro su amor. Tan caro como para reventar las negociaciones en Nuevo León.

¿A QUIÉN en la Presidencia podría interesarle tanto que no hubiera alianza PRI-Panal? Conste: es pregunta.




TRASCENDIÓ

Que fracasaron las gestiones del gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, con la profesora Elba Esther Gordillo para consumar la alianza electoral PRI-Panal en esa entidad.

El caso está cerrado. De última hora trató de ayudar el gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto, pero tampoco tuvo éxito.

Sin PRI ni PAN, ¿qué hará la maestra en Nuevo León?

Que el Ministerio Público hará todo lo posible para que los días en que declare Purificación Carpinteyro no se conviertan en un “circo mediático”.

¿Pensará lo mismo Purificación?

Que tan pronto concluyó el anuncio de los cambios en el gabinete, los primeros en marcharse de Los Pinos fueron los ex de Comunicaciones y Transportes y del Conaculta, Luis Téllez y Sergio Vela, respectivamente.

Téllez se fue en su camioneta, acompañado de su vocero Fernando Carbonell. Iba fuertemente escoltado. Vela, en cambio, sólo traía a su chofer.

Que hablando de Sergio Vela, casi dos meses después, pero se cumplió un trascendido de MILENIO que señalaba que sería relevado por la directora del Fondo de Cultura Económica, Consuelo Sáizar.

Era cuestión de tiempo.

Que por más que patalee el presidente del PAN, Germán Martínez, los legisladores del PRI se tomarán el tiempo que crean pertinente en aprobar las iniciativas en materia de seguridad.

Primero tendrían que celebrarse los foros propuestos por el PRI. Según esto, no quieren aprobar nada sin escuchar la voz de los expertos en los temas de narcomenudeo y extinción de dominio.

Que la amenaza priista de llamar a cuentas al gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, quedará en un desayuno de amigos en San Lázaro la próxima semana.

El tema, obviamente, será cuántas reservas se han utilizado para frenar la caída del peso frente al dólar. Así que Guillermo Ortiz no sudará la gota gorda, como le ocurría en sus comparecencias en la Cámara de Diputados a medidos de los noventa.




BAJO RESERVA

Nunca le rente una casa a un compadre, dicen los clásicos, porque será incómodo reclamarle los vidrios rotos, las rentas atrasadas o las fiestas que destruyen el piso de parquet. La sabiduría popular aconseja jamás comprarle un auto usado porque seguro necesitará compostura en la primera semana. Si invita a ese compadre a que trabaje con usted, y todo sale bien, la pasarán bomba, como en la secundaria o como en los jueves de dominó. Pero si le falla, qué: ¿pela con él, lo corre y reconoce ante los demás que se equivocó? O, como buenos compadres, ¿acuerdan aparentar que no hubo error? ¿O cierra los ojos y se dice: “Ni modo, es el costo de invitarlo”? El reforzado gabinete de leales garantiza al presidente Felipe Calderón que estará entre compadres. Incómodo para él, y dramático para el país, si alguien le falla con semejantes responsabilidades.


Los enroques en el gabinete no se dieron sólo al más alto nivel. Movió, como debería esperarse, las vocerías. Maximiliano Cortazar, coordinador de Comunicación Social de la Presidencia, rescató a Fernando Carbonell, quien se desempeñó estos últimos meses como responsable de prensa de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y lo enviará al IMSS para reemplazar a José Luis López Atienzo, quien a su vez llega a la vocería de la dependencia que ahora dirige Juan Molinar Horcasitas.


Cuidado: un cambio abrupto (e inadvertido) en las políticas sobre consumo de drogas en EU puede significar una inyección de oxígeno para los narcos mexicanos. El procurador gringo Eric Holder dijo la semana pasada -y pocos le pusimos atención- que Barack Obama dejará de penalizar a las farmacias que venden mariguana para usos médicos. Algunos analistas alertaron allá sobre una “legalización sigilosa” que resuelve el conflicto de la era Bush entre estados liberales y Washington, pero que mete a México en un problema todavía más serio. Está discutido hasta el cansancio que la legalización (o despenalización) parcial de las drogas genera distorsiones. La medida vuelve más apetitoso el tráfico hacia EU. ¿Quién los entiende?

Apunte final: Entre otros problemas que tendrá Luis Téllez con su salida de la SCT está que la próxima vez que tenga un pleito personal (¿amoroso?) con alguien, no podrá disponer del Departamento Jurídico para que interponga la demanda en la PGR.




PLAZA PÚBLICA
(Miguel Ángel Granados Chapa)


Reajuste desde Los Pinos

Si Sergio Vela pudo mantenerse un año después de la crisis que pudo haberlo expulsado y Téllez sólo unas semanas tras los escándalos que lo envolvieron, ello se debe al poder de la clientela de la SCT

Un año permaneció en su cargo Sergio Vela desde que la renuncia de su principal colaboradora, la doctora Carmen Quintanilla, dejó en claro las deficiencias de la presidencia del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. En cambio, Luis Téllez se va apenas unas semanas después de que quedaron abiertas al público las disputas del secretario con Héctor Osuna, presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, y su ex subsecretaria Purificación Carpinteyro. La causa es la diferencia de los públicos y los intereses que atendían ambos ahora ex funcionarios del gobierno federal.

Téllez estaba destinado a una función distinta de la que finalmente ocupó en la administración de Felipe Calderón. Javier Lozano, que había presidido la Cofetel, sería el secretario de Comunicaciones y Transportes. Pero los gigantes de la telefonía y la televisión, que lo conocían bien y disponen de poder de veto, impidieron su designación. De ese modo llegó Téllez al colosal conjunto realizado a mitad del siglo pasado por Carlos Lazo. Pero el área de telecomunicaciones que le corresponde estaba ya ocupada por la Comisión federal respectiva, representante de intereses diversos a los suyos. De modo que estratégicamente el secretario integró su personal con miras a minar, de diversas maneras, la estructura y funcionamiento de la Cofetel.

Eligió para ello como subsecretario y director de Asuntos Jurídicos a dos personas que pugnaban en tribunales por permanecer en la Cofetel, cuyos nombramientos expidió Vicente Fox y objetó el Senado. Durante los años en que coincidieron su papel de altos funcionarios de la SCT y de litigantes en causa propia fueron un valladar de la SCT ante la casa a la que pretendían permanecer. Finalmente lo lograron y actualmente Rafael del Villar y Gonzalo Martínez Pous son "los hombres de Téllez" en la Comisión, opuestos a las decisiones de los tres consejeros restantes: Héctor Osuna, Ernesto Gil Elorduy y José Luis Peralta.

El año pasado se produjo un episodio típico de la pésima relación entre Téllez y Osuna, en torno a un juicio de amparo iniciado por Telcel en su permanente disputa referida a tarifas por servicios que presta a sus competidores. Téllez ignoró un mandato judicial a favor de Telcel porque por maniobras burocráticas organizadas por Osuna el aviso llegó a donde no debía llegar por lo que el secretario materialmente no lo conocía aunque formalmente debió respetarlo. En medio de una tormenta de referencias telefónicas dijo estar harto del pleito con Osuna y sugirió con una expresión vulgar (habitual en España pero soez a oídos mexicanos) lo que debería hacerse con éste.

Calderón evidentemente tomó partido por Osuna. En septiembre pasado impuso a Téllez como subsecretaria a Purificación Carpinteyro que, alentada por la designación presidencial, creyó posible actuar sin subordinarse al secretario hasta que en enero pasado el Presidente tuvo que aceptar su renuncia, favoreciendo a Téllez. Pero pronto, ahora, Calderón cobró ese momento de triunfo del secretario, del que pudo disfrutar poco, pues enseguida se conocieron las grabaciones que muestran a un Téllez irritable y grosero, utilizando el nombre del Presidente: si éste no está de acuerdo, dice en una de las conversaciones, pues que me quite.

Ya lo quitó Calderón. Obviamente con su renuncia no se allanan sino al contrario se erizan más las zonas de disputa entre dos de los mayores poderes fácticos (de hecho) del país. Televisa y Telmex. Éste ha sido colocado en una posición que ni siquiera el magnate más poderoso de México, Carlos Slim, su dueño, ha impedido que prevalezca: cada día tiene en su contra mayor presión en las varias actividades telefónicas, y cada día se retrasa la modificación a su título de concesión para ofrecer el servicio de televisión, con lo cual queda en desventaja frente a quienes ya dan a su clientela internet, televisión y telefonía.

Acaso influyó en la decisión de Calderón el hecho de que su secretario de Comunicaciones llevara como Marcial Maciel, por más de dos años, una vida doble. Es decir que simultáneamente a su vida matrimonial mantuvo una relación extraconyugal. Esa conducta suele ser mal vista en Acción Nacional, por convicciones profundas o por hipocresía, como lo ha padecido Santiago Creel, que estuvo en ese caso.

Su sucesor, Juan Molinar Horcasitas, además de las instrucciones que recibió ayer en Los Pinos, tiene la implícita de restaurar los equilibrios en la industria o imponer el desequilibrio. Algo que a los panistas de antaño encolerizaba a veces y en otras los divertía, el carácter de milusos de un funcionario es ya una práctica común en aquel partido de oposición convertido al poder: Molinar ha sido funcionario del IFE, consejero electoral, subsecretario de desarrollo político de Gobernación, diputado federal, director del IMSS. O sea que encarna el dicho de que aprendiz de todo es oficial de nada. Sus malas pulgas, adicionalmente, pueden servir para mostrar su personalidad pero no para conciliar los descomunales intereses que se enfrentan en su terreno. Como es hombre inteligente y entrenado para el análisis político, sin embargo, es deseable que deje atrás sus enojos y devuelva la paz al ámbito de las telecomunicaciones.

Dos asuntos de carácter penal no deben concluir tras la renuncia de Téllez: nunca se ha descubierto a un practicante de espionaje telefónico, ni se había acusado penalmente a nadie por delitos cometidos en su desempeño.


Cajón de Sastre

Una de las primeras tareas a que deberá enfrentarse el nuevo secretario de Comunicaciones es la controversia constitucional iniciada por la Cámara de Diputados a causa del reglamento interior de la SCT, que confiere al titular poderes indelegables en materias tan delicadas como la emisión y refrendo de concesiones en materia de telecomunicaciones y de radio y televisión. Si permanece el punto de vista presidencial Juan Molinar coadyuvará con la Consejería Jurídica de la Presidencia a procurar que el reglamento se mantenga tal cual fue emitido. Pero si el haber "escogido a Osuna", que acaso determinó la salida de Téllez, supone un cambio de la posición presidencial hasta podría haber un allanamiento ante la Corte, y publicar un nuevo reglamento que dedique más que un párrafo a la Cofetel y le dé un nuevo lugar en la estructura de la SCT.



INDICADOR POLÍTICO
(Carlos Ramí­rez)

En un análisis simplista de la realidad, los estrategas priistas tienen el objetivo de repetir este año de 2009 el modelo político-electoral de 1994: en medio de asesinatos, alzamientos y secuestros, invocarse como garantes la paz para ganar las elecciones.

Con poco comedimiento y un gran sentido del humor negro, son los priistas quienes recitan, orgullosos, el lema del momento: "que se vayan los ineptos y que regresemos los corruptos". Ésa sería la divisa del PRI para recuperar lo perdido.

Y entre el miedo a la descomposición social que los priistas sólo saben atender con autoritarismo y la corrupción como la factura inevitable de la gobernación, el PRI se prepara para ganar el congreso en 2009 y de ahí recuperar la presidencia de la República en 2012.

Abajo queda la sociedad. Si deveras es cierta la apreciación de que los mexicanos consideran prioritariamente la eficacia por encima de la corrupción y si deveras la sociedad ha decidido archivar los pasivos no resueltos del PRI de represión, corrupción, pobreza y crímenes, entonces se confirmaría la tesis de que el principal precandidato presidencial priista ha escalado posiciones sólo por su relación sentimental con una actriz de moda, no por una propuesta de gobierno ni por una revaloración ideológica. Al final, los electores son tomados por el PRI nada más como lectores de TV y Novelas.

En este sentido, entonces los mexicanos sí se merecen el regreso del PRI al poder, con toda y su carga del pasado reciente. Porque entonces se confirmarían los datos de encuestas políticas sobre el desencanto de la democracia -una caída de 15 puntos porcentuales en un año, de 2007 a 2008- y la percepción de que los mexicanos quieren eficacia y no democracia.

En este contexto va a celebrar el PRI sus primeros 80 años de vida. Y en de la vida priista cotidiana: recientemente se reeligió el secretario general de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe, en una fiesta en la que salió a relucir la riqueza y los negocios de los líderes sindicales del priismo, mientras las bases trabajadoras, como siempre, cargando en sus hombros los vicios terrenales de sus dirigentes.

Lo que queda entonces es la certeza de que un pueblo sin memoria está condenado a repetir sus errores. Porque con todo y su aureola de "buenos gobernantes", los priistas han estado marcados por una crisis creciente y acumulativa:

Echeverría entregó el colapso devaluatorio después de 22 años de estabilidad cambiaria, López Portillo terminó su sexenio con la severa crisis de 1982, De la Madrid condenó a los mexicanos a un sexenio de crecimiento cero con tal de imponer el liberalismo que produjo 50 millones de pobres y llevó al país a inflaciones de 160% anual, Salinas hundió al país en la globalización que hoy explica la crisis y dejó la marca sangrienta del 94 y el asesinato político de Luis Donaldo Colosio, y Zedillo provocó una devaluación que empobreció al país y le hizo perder a los mexicanos 20 años de bienestar.

Si los mexicanos han olvidado estos hechos, entonces esos mexicanos tienen todo el derecho de votar por el regreso del PRI al poder. Porque lo gracioso del caso es que los priistas perdieron el poder cuando se vieron obligados a democratizar el voto y terminaron su largo ciclo de fraudes electorales para mantenerse en el gobierno. Y luego resultará que la democratización del voto llevará a los ciudadanos a regresarle el poder al mismo PRI de siempre, como se revela en la lista de candidatos distritales a diputados y la presunta lista de diputados plurinominales.

Si el PRI perdió la oportunidad para cambiar estilos y para relevar a su clase dirigente, la sociedad estaría a punto también de perder la oportunidad de modernizar la política. Ciertamente que a ello han contribuido los saldos negativos del sexenio de Fox -marcados por la frivolidad y sobre todo su obsesión por cederle el poder a su esposa Martha Sahagún-, las complicaciones del gobierno de Calderón para administrar la crisis y sobre todo la decisión panista de posponer la verdadera alternancia y optar por el entendimiento con el PRI para un cogobierno que ha beneficiado al PRI porque se han evitado cambios estructurales del Estado priista.

Los motivos de celebración del PRI tienen base en la tendencia de las encuestas electorales para julio de 2009 y algunas muy adelantadas para las presidenciales de 2012. El viejo PRI tendría que regresar al poder por la incompetencia de gobierno del PAN y el fracaso de la izquierda por el fundamentalismo mesiánico y caudillista de López Obrador. Pero sobre todo por la decisión de la sociedad de votar por el regreso del PRI.

Sin embargo, al final de cuentas, los fracasos de las transiciones no se acreditan sólo a los partidos sino que tienen su parte fundamental en las sociedades que se han negado a cambiar. Y si la sociedad mexicana se ha negado a cambiar, entonces se merece el regreso del PRI al poder.




ASALTO A LA RAZÓN
(Carlos Marín)

Entrarle al toro

Descreído de lo que sea que suene a periodismo patriótico, el autor de estas líneas no tiene con qué rebatirle a Eduardo Medina Mora su afirmación (antier en el foro La responsabilidad de los medios ante la lucha contra la delincuencia organizada) de que la acción mediática del narcotráfico “aumenta la fuerza de un enemigo que también es enemigo de los profesionales de los medios”.

El funcionario parte de ahí para deducir:

“No es sólo el enemigo del gobierno, sino de toda la sociedad mexicana”, porque “lo que hace es minar, destruir el tejido social y la fuerza moral del país”.

Por eso propone “que los comunicadores muestren su interés en explorar posibilidades de convergencia en la lucha contra un enemigo común”.

Más allá de lo que cada periodista piense, vale mucho la pena entrarle al toro y debatir en prensa, radio, televisión o donde se pueda qué diablos deben (debemos, Kimosabi) hacer los oficiantes ante el complejo y sangriento problema de la narcoviolencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario