lunes, 9 de febrero de 2009

El gobierno botín

Ricardo Monreal Ávila

El Servicio Profesional de Carrera fue uno de
los proyectos que más impulsó y presumió el
PAN en el sexenio anterior. El día que se
aprobó la Ley del Servicio Profesional de
Carrera por el Congreso de la Unión, el
entonces presidente Vicente Fox expresó su
júbilo:
―El día de hoy somos testigos de un avance
muy importante en el país… A partir de hoy se
acaba el amiguismo, el compadrazgo y el
favoritismo en los cargos públicos, como
acontecía en el pasado… ya no mas servidores
públicos improvisados, ya no más cargos de
consolación ni de consuelo con cargo al
erario… ya no mas simulación‖ (abril de
2003).
Pues bien, poco duró el gusto y el respeto por
esa nueva ley, ya que el actual gobierno federal
se ha dedicado sistemáticamente a incumplirla
al designar mil 98 nombramientos de nuevos
funcionarios por el clásico método del
―dedazo‖, entre diciembre del año pasado y
abril del presente.
Al amparo del artículo 34 de la citada ley, el
gobierno ha convertido en una práctica normal
lo que se previó como excepción por el
legislador: ―en casos excepcionales y cuando
peligre o se altere el orden social, los servicios
públicos, la salubridad, la seguridad o el
ambiente de alguna zona o región del país,
como consecuencia de desastres producidos
por fenómenos naturales, por caso fortuito o de
fuerza mayor o existan circunstancias que
puedan provocar pérdidas o costos adicionales
importantes, los titulares de las dependencias o
el oficial mayor, bajo su responsabilidad,
podrán autorizar nombramientos temporales‖.
El caso más relevante es la Secretaría de
Desarrollo Social que presenta el mayor
número de designaciones directas, 181
nombramientos, entre los que se encuentran 10
delegados federales. ¿Cuál es el ―desastre‖,
―fuerza mayor‖ o la alteración del ―orden
social‖ que fundamentan estas designaciones
directas? La mayor parte de los beneficiados
con esos nombramientos tienen una
característica común: ser miembros activos o
militantes destacados del PAN.
De los nuevos funcionarios federales, quien no
ha sido diputado local, alcalde o legislador
federal, ha sido dirigente estatal, municipal o
activista electoral de Acción Nacional. Es
decir, son egresados no de un centro, escuela o
instituto de administración pública, sino de esa
escuela de cuadros llamada ―Partido del
Gobierno‖.
La perversión total de la ley del servicio civil
de carrera queda de manifiesto cuando
constatamos que la mayor parte de los nuevos
funcionarios son también desde el pasado mes
consejeros nacionales o estatales de su partido.
Es decir, todo se lo deben al PAN y al ―señor
Presidente‖. Con estas malas artes, cualquier
presidente se adueña de su partido.
Estamos en presencia del ―gobierno botín‖ que
tanto criticó el PAN, y que fue uno de los
factores clave en la edificación del Estado
patrimonialista que tiene al país en el estado en
que se encuentra: ahogado en la corrupción, en
la pobreza y en el atraso en el concierto
internacional.
ricardo_monreal_avila@yahoo.com.mx

No hay comentarios:

Publicar un comentario